lunes, 9 de marzo de 2009

Chávez y los campos de golf

Aquí se nos han acabado las discusiones sobre los planes hidrológicos por los cuales tanta riqueza, via ladrillo y campos de golf, ibamos a percibir de los ricachones. Parece ser que no nos andamos espabilados y nos han pillado con todo a medio hacer. Una lástima. Tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras. Chávez acaba de embargar el parking a Coca-cola, principalmente porque no era suyo, aunque los vehiculos habían aplanado con sus toneladas el solar a diario durante años.

Ahora la Cola está en un lío porque nunca pensó que aquello fuera de propiedad privada y menos en un gobierno social-socialista. ¿Haber que hacemos con los camiones ahora?, se preguntan.
En el caso de España es mucho más fácil. Los campos de golf se nos van a quedar vacíos porque no hay financiación ni para la mitad de lo que se ha quedado a medio acabar. Y es muchísimo.

Por medio acabar no quiero decir acabado en fachada e interiores. Quiero decir colocado en el mercado y hasta vendido. Ya que el gobierno está liquidando capital a las entidades podían invertir en comunidades agrícolas. A plantar al terreno de golf, que el riego ya esá instaládo y la calidad de la tierra es superior. Hay que añadir que la inmensa mayoría de la plaza turística construída en formato apartahotel y residencial tiende a cumplir unos parecidos.

Son pequeños y funcionales. Ideales como primera vivienda y la soltería ramplante que invade el país hasta alcanzar casi los cuarenta años de edad. Fomentan las comunidades horizontales con relaciones en espacios abiertos y nada menos que jardines de diseño. Esto último hace de estas comunidades sitios donde se comparten servicios sociales de una forma más participativa; sin participación de instancias oficiales. Con esto quiero decir canguros, cocina a domicilio o comedores comunes y atención y cuidados médicos básicos.

Solo hace falta que poner una cliníca de salud general y dental y la mayoria de las necesidades reales del día a día estarían cubiertas. Dios bendiga a todas esas almas atormentadas que luchaban en el parlamento sin más razón que ser instrumentos de dios para esta gran obra social.
Que la perspectiva no se pierda.
¡A vivir la vida!

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