jueves, 15 de abril de 2010

Loca juventud

El músico frotó la lampara y pidió tres veces, ante el asombro del genio y las musas presentes, recuperar la rabiosa creatividad de sus años de juventud, antes de que el mundo lo complaciera ablandando sus inspiración. Tres meses después entró en la productora blandiendo una cinta, rebosante de energía y luciendo una amplia y excitada sonrisa. Lamentablemente nadie escuchaba la música. Hundidos en sus sillones, los ejecutivos tan solo sacaban pegas en las notas desafinadas producto de un desbocado corazón.