miércoles, 25 de junio de 2008

Relatos de una noche de verano. Capítulo 2.


Furka y Samna.

Perdido en los bosques de Ramnala Existe una ciudad en ruinas a la que los habitante de Gherta llaman Furkami: el templo de Furka. Furka nació, vivió en esta sagrada ciudad. Fue el último de su estirpe. Jamás tuvo esposa ni hijos. Ninguna de las más de doscientas princesas soberanas que pretendían la expansión de sus reinos, le atrajeron lo más mínimo.

Dicen que Furka desde niño estuvo enamorado de una criada llamada Samna. La historia de Samna y Furka, cual rió afluyente subterráneo también posee un etapa invisible. En ella el monarca un día disolvió los poderes de la ciudad sagrada y la abandono vestido de comerciante en una caravana sin rumbo fijo, acompañado de una hermosísima mujer.

Dicen que más allá de las montañas de Brhalum existe una tumba de reyes cerca del poblado de Ker y que los ojos verdes del monarca están presentes en muchos de sus habitantes.
Dicen que quien entra en la ciudad perdida de Furkami sale de ella con la plena conciencia de aquello que más desea.

Relatos de una noche verano. Capítulo 1


Margarita Lumiere

El trece de Julio de 1930,
Margarita Lumiere decidió zambullirse
en el horizonte abierto.
Subió a la barandilla de la azotea y saltó.
Así sin más, sin pestañear,
sin miedo.

En el café Chez Roger,
19 estudiantes de la facultad de ingeniería
se las ingeniaban para mantener en equilibrio
el nivel etílico en el torrente sanguíneo.

El diario del catorce de mayo de 1930,
la sección de sucesos comentó un altercado
en el que 13 estudiantes ebrios fueron detenidos
por alteración del orden público.

Afirmaban haber visto
a un enorme ser alado
recoger al vuelo
el cuerpo de una mujer.

Aquella mañana Margarita Lumiere abrió el diario
y por primera vez desde hacia mucho tiempo, sonrió.